domingo, 19 de febrero de 2012

Restaurante De 2 Grieken

Situado al lado de Prinsengracht, concretamente aquí, se encuentra este familiar restaurante griego. La recomendación vino por parte de un compañero de trabajo heleno que nos llevó (a mí y otros cuantos de la oficina) a cenar al local.

Menú:
Menú de degustación para 7. (Ver foto abajo).
Vino griego (dos botellas).
Unos chupitos de algún oscuro anís del centro del país.

Precio 25€ por cabeza.
 
Así lucía una de las dos bandejas.
 
Comida:
Cuatro o cinco variedades de carne, mussaka, unas patatas enormes, arroz, cebolla y varios otros acompañantes que no acierto a recordar. Todo muy rico, la verdad. El problema es que al ser tan inmensa la bandeja, al cabo de un rato la carne se enfriaba con lo que se perdía el gusto. El vino, como ya dije, era bastante malo y, por lo tanto, muy caro.

Servicio:
Muy amable. Supongo que ayudó el ir acompañado por un conocido del dueño del local. Nos recomendó que no pidiésemos productos del mar (pescados, calamares, etc...) ya que no eran su especialidad. El vino también lo escogió él. Debió pensar que ya estábamos suficientemente borrachos como para no darnos cuenta de su poca calidad.

Local:
Aparentemente pequeño (no llegué al final del local), iluminación un poco baja y bien aireado. Los baños eran minúsculos pero al menos estaban limpios. La decoración contribuía a hacerte pensar que estabas en mitad de Karditsa o cualquier otro pueblo pequeño del centro del país que se os ocurra. 

Resumen:
Para volver. Es un sitio bastante cerca del centro de la ciudad, bordeando el Jordaan, con lo que la ubicación es excelente para llevar turistas. La comida está muy rica y es muy abundante y, como viene siendo habitual, lo que la encarece es principalmente el vino. Aún así el precio es bastante ajustado para lo que hemos visto por la ciudad.

Veredicto: 7,5 sobre 10

jueves, 3 de noviembre de 2011

Restaurante Jasmine Thai Cuisine

No es la primera vez que vamos al Jasmine Thai Cuisine y seguro que tampoco será la última...

Conocimos este restaurante durante uno de nuestros paseos con una pareja de buenos amigos y su hijo. Siendo los cinco amantes de la cocina oriental nos lanzamos de cabeza al mismo y salimos más que satisfechos con el hallazgo.

La segunda vez fuimos con otros tres muy buenos amigos que vinieron a visitarnos a Amsterdam y, aunque un poco perjudicados por las cervezas tomadas antes de entrar (algunos más que otros...), de nuevo salimos encantados con nuestra elección.

El pasado sábado, de nuevo volvimos a ir, esta vez los dos solos, cuando de vuelta de Centraal Station buscábamos un sitio donde comer a las tres de la tarde que no fuera un imán de turistas (lo que por estos lares suele significar "timo"), pensamos en seguida en el Jasmine y hacia allá nos dirigimos.

El resturante está situado al comienzo del barrio chino en Amsterdam (o al final, dependiendo de donde vengas...). Es un pequeño local de tres plantas: la de entrada, una superior y otra inferior. Tiene un gran ventanal desde el que se puede ver la calle, pero sin dar sensación de estar del todo expuesto a las miradas de los viandantes. Una pequeña pega al local es que la ventilación no es muy buena y al estar la cocina situada en la planta inferior siempre quedan trazas del olor de la comida en la ropa...

Los camareros y camareras son muy atentos y te atienden enseguida, con rapidez y amabilidad. Y la comida es muy, muy buena.

Como entrante disfrutamos unos rollitos tailandeses para compartir. Seguidos por un Pad Thai Kai para mí y un Jasmine's Terras para Kineas. El Pad Thai Kai es un plato de tallarines fritos especiados acompañados de pollo y verduras; y el Jasmine's Terras es un arroz frito con ternera, cerdo, pollo, gambas y verduras. Lo acompañamos todo de tres cervezas y como fin de comida Kine pidió un capuccino y yo una tetera de te de jazmín tan dulce que no necesitaba azúcar. Todo ello por 40.35 EUR.

En resumen: buena comida, buen ambiente y buen trato. Un sitio al que volver.

El veredicto final, a mi parecer, es un 7 sobre 10.

martes, 18 de octubre de 2011

Restaurante Los Pilones (Jordaan)

Hace una semana, para celebrar mi cumpleaños, decidí invitar a La Nuit y unos cuantos amigos llegados de España a cenar en un mexicano situado en pleno Jordaan. Concretamente aquí. Dado que éramos unos cuantos más de la cuenta, la sección del menú la haré distinta.

Menú:
Algunos entrantes.
Tacos para todos, aderezados con unas tiras de carne para mí.
Más cervezas de la cuenta.
Unos chupitos de tequila.
Precio 32€ por cabeza.

Comida:
Rica rica, no demasiado abundante. Los que nos reunimos allí tenemos todos buen saque así que no quedó nada por comer encima de la mesa. Pero nos quedamos bastante satisfechos. Calculad un entrante por cada dos y un principal. Los frijoles que servían de acompañamiento me decepcionaron un poco y apenas les quedaba nada de postre, así que no puedo opinar en ese sentido.

Servicio:
Competente. Sirvieron rápido los entrantes, tardaron un poco más con los principales y se excusaron por no tener postres (era lunes, son caseros... ese tipo de cosas). La camarera fue en todo momento atenta y, parafraseando a un colega, "era tan tan guapa..." que creo que mis amigos se quedaron hipnotizados al cruzar el umbral. Al menos uno de ellos lo parecía.

Local:
Pequeño, bien de iluminación y bien aireado. Existía la posibilidad de comer en la terraza, pero ya va haciendo frío por estos lares. Todo estaba limpio y en orden. Un sitio con bastante encanto.

Resumen:
Un sitio para volver. La ubicación es en el precioso barrio del Jordaan, la comida es sabrosa y su precio no es abusivo para el stándard de Amsterdam. Habrá que seguir buscando el sitio ideal, pero a este al menos puedes traer a tus amigos.

Veredicto: 7 sobre 10

sábado, 1 de octubre de 2011

Restaurante De Portugees

Uf, qué nervios, mi primera crítica culinaria. Al lio.

Aquí, situado en mitad del barrio chino de Ámsterdam, se encuentra el restaurante al que hemos ido esta noche a cenar. La recomendación vino por el lado de La Nuit. Una de sus compañeras de trabajo portuguesa nos comentó que había un portugués por la zona que estaba bien y allá que fuimos. A estas alturas aún no sabemos si era el sitio correcto o nos confundimos de local.

Menú:
  • Rissois de camarão.
  • Bacalhau à brás. (x2)
  • Vinho verde.
  • Botella de agua.
Precio 58,70€

Comida:
La comida es lo mejor del local, pero tampoco para tirar cohetes. Supongo que después de nuestro viaje por tierras portuguesas del año pasado las expectativas estaban muy altas y en cierto sentido nos sentimos defraudados. Los rissois eran unas empanadillas de camarón que no pasaban del correcto. El bacalao era un revuelto con cebolla, huevo y patata paja, acompañado por una ensalada verde. Estaba rico, si bien un poco seco y demasiado apelmazado. Tuve además la inmensa fortuna de encontrarme un par de espinas de generoso tamaño, suerte que siendo gallego de pueblo costero ya me las sé todas en ese sentido.

Local:
El local era bastante poco acogedor. Las mesas sin manteles (pero con servilletas de tela) estaban algo pegajosas, aunque entiendo que era por no haber secado bien el jabón empleado en su limpieza, no por suciedad. El sitio era pequeño y nuestra ubicación, elegida por nosotros, apenas estaba aireada. Se olían los humos de la cocina y nuestra ropa (y el pelo de ella, yo por suerte o por desgracia soy casi calvo) acabó con olor a fritanga.

Servicio:
El servicio fue en todo momento correcto. El camarero fue atento y amable, si bien tardaron bastante en servirnos los platos, cosa muy típica aquí por otro lado. Tampoco entendí muy bien por qué nos pusieron la televisión con el partido de fútbol del Valencia - Granada, pero al menos estaba sin sonido así que no molestaba.

Resumen:
No es un sitio para repetir, pero tampoco es un sitio para recomendar a tus enemigos. Lo más llamativo era la carísima sección de vinos, llegando a ganar con algunas botellas 5 veces su valor sobre el precio de supermercado. Estábamos de celebración, si no con el agua hubiese sido más que suficiente.

Veredicto: 5 sobre 10.

UPDATE: Definitivamente no era el restaurante al que tendríamos que haber ido... estas cosas pasan.

La aventura

Con sólo cinco meses de estancia en Amsterdam y tras algunas pruebas de ensayo-error, nos hemos decidido a plasmar en este blog los restaurantes que visitemos de forma que en un futuro, no perdamos referencia de las sensaciones que nos transmitieron.

Hemos pensado acompañarlos de recetas caseras, nuestras propias pruebas en la cocina

¡Bienvenidos a "el gourmet amsterdames"!